miércoles, 9 de marzo de 2016

Día Internacional de la Mujer





Sabemos que la primera celebración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora fue el 19 de marzo de 1911 en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza. Sabemos también que tuvieron que pasar muchos años para que, en 1972 la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) declarase 1975 como “Año Internacional de la Mujer” y que, en 1977, invitase a los Estados miembros a declarar un día como “Día Internacional por los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional”.

No nos vamos a referir al personaje Lisístrata de Aristófanes como un personaje señero porque se nos podría decir que se trata de eso, de un personaje probablemente inventado –cosa que tal vez pueda ser discutida por los estudiosos‑ pero sí podríamos mencionar a Hipatia de Alejandría, astrónoma y matemática que fuera asesinada vilmente y quien es hoy el paradigma de la mujer científica y libre, verdadero icono de la libertad de pensamiento y la autonomía personal de la mujer.
Mujeres de diversas épocas, de las más distintas culturas, incluso verdaderas guerreras como fue el caso de Chañan Curicoca, mujer cuzqueña que a fines del siglo XIV, cuando las tropas chancas estaban a punto de tomar la capital incaica, salió a combatir al lado del inca Pachakuti y contribuir a la desbandada del enemigo.

La mujer combatiente se vio también en la Revolución francesa reclamando  la igualdad social pidiendo «libertad, igualdad y fraternidad». Recordemos que fue durante la Revolución francesa Olympe de Gouges redactó, en 1791, la “Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana”.



Podríamos extendernos mucho más pero lo que nos interesa es el día de hoy, el día de hoy en España y en nuestro idioma en esta fecha tan señera en la nos vemos en la triste necesidad de comentar que durante los más de tres siglos de existencia que tiene la Real Academia de la Lengua, y a pesar de los grandes talentos femeninos que ha producido España, solo diez mujeres han ocupado un sillón en ella.

Pues bien, hoy, ocho de marzo, es el Día Internacional de la Mujer no solo en España sino en muchos países –que no todos‑ y es cosa sabida pero ¿aceptada? No podemos estar tan seguros de ello por lo menos en nuestro idioma, porque si nos atenemos a la realidad actual en que vemos que la palabra paridad se pretende utilizar como sinónimo de igualdad.

¿En qué nos basamos para afirmar esto? Pues, ni más ni menos que en el diccionario de la Real Academia, en el cual encontramos que, para definir la palabra paridad, leemos «1. f. Comparación de algo con otra cosa por ejemplo o símil. / 2. f. Igualdad de las cosas entre sí. / 3. f. Econ. Valor comparativo de una moneda con otra.»… “algo con otra cosa, cosas entre sí”, “una moneda con otra”… ¡Vamos! Que de personas, nada.


Eso es lo que nos dice nuestro diccionario, pero ¿y la Academia?... todo indica que más de lo mismo si nos atenemos a las cifras reales: en más de tres siglos de existencia los sillones de la Academia han sido ocupados por más de mil hombres y solo por diez mujeres y solo por diez mujeres. Dicho con otras palabras ¡Menos del diez por ciento! Y de estas diez tres ya han fallecido.

Esperemos que, de una vez por todas, veamos que los académicos deciden ampliar las acepciones de la palabra «paridad» y ampliar, de paso y ya que estamos, el número de académicas.

Mujeres miembros de la Real Academia de la Lengua

Carmen Conde Abellán (Cartagena 1907-Madrid 1996) fue la primera mujer académica en 1979.
Elena Quiroga deAbarca (Santander, 1921 - La Coruña, 1995), en 1983.
Ana María Matute Ausejo (Barcelona 1925 - 2014) en 1996.
Margarita Salas Falgueras, bioquímica (Canero, 1938) en 2002.
Carme Riera Guilera, escritora (Palma de Mallorca, 1948), en 2012.
Clara Janés Nadal, escritora, poetisa y traductora (Barcelona 1940), en 2015

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